sábado, 1 de agosto de 2009

Con o sin mi

¿Nunca te pusiste a pensar qué hubiese pasado si no nos hubiesemos conocido?
¿Nunca te imaginaste qué sería de nosotros sin el otro?
Tratá de sacar de tu memoria todos y cada uno de los segundos que pasamos juntos. Intentalo al menos. ¿No te parece que sería algo muy vacío?
Cerrá los ojos y pensá. Pensá en las mañanas, tardes y noches que vivimos con el otro. Intentá ahora vivir de nuevo esos momentos. Intentá sentir cada risa y cada caricia como si fuese el presente mismo, como si esos actos se repitiesen todo el tiempo.
Ahora volvé a pensar todo eso, pero viéndolo desde otra parte. Desde arriba nuestro, por ejemplo. Imaginá que abajo tuyo hay dos personas disfrutando del día a día, compartiendo infinidad de minutos.
Abrí los ojos, mirá a tu alrededor y volvelos a cerrar. Mirá desde arriba a un chico que camina solo por Plaza San Martín. Un nueve de mayo a las seis de la tarde, aproximadamente. Comiendo galletitas Maná. ¿Qué estaba haciendo? ¿No le faltaba algo? Una pregunta, por ejemplo... el deseo de obtener una respuesta. La respuesta de esa otra persona. Que camina por Plaza San Martín. Un nueve de mayo, a las seis de la tarde, aproximadamente. Pensando en su viaje de esa misma noche. Prestá atención; ¿no le faltaba algo? Una respuesta, por ejemplo... una respuesta a una pregunta formulada por otra persona. Esa misma, que camina por la plaza comiendo galletitas.
Quiero que vuelvas a mirar. Quiero que vuelvas a la realidad y pienses en mí, como yo pienso en vos.
Quiero que cada vez que no te sientas seguro, que cada vez que dudes o que tengas sentimientos confusos, pares medio segundo a pensar todas esas preguntas que te hice antes.
Concentrate, hacé un balance. Primero con y luego sin mí. Pensá en lo malo y en lo bueno, en lo claro y en lo oscuro, en lo lindo y en lo feo.
Volvé a la realidad, realizá una conclusión, y decidí si querés con o sin mí.

No hay comentarios: